Adios, "Rostro"
Pocas imágenes recuerdo más entrañables que la de Rostropovich y Menuhin cogidos de la mano, medio ensayando un paso de baile tras recoger el Príncipe de Asturias de la Concordia en 1997. Y si es verdad que a veces los premios dicen tanto bueno de quienes los dan como de quienes los reciben, yo les aseguro que ese día me sentí muy orgulloso de ser español. Como en los cuentos, todo empezó con un tipo que acariciaba un trozo de madera...
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