A la Arlesiana
De Alfredo Kraus no debo hablar, porque me lo tienen prohibido en casa. Dicen que me pongo pesadísimo. Esta anotación era sólo para que no se me olvide que debo escuchar todas las mañanas, después de lavarme los dientes (así lo prometí hace algunos años), alguna de sus versiones del Lamento de Federico. Ustedes sabrán disculparme, pero toca...
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