martes, agosto 15, 2006

Ojo avizor

Un triste dracma costaba cualquiera de las copias manuscritas de las obras de Platón, Aristófanes o Esquilo que circulaban por el mercado de la Atenas Clásica. El equivalente a lo que hoy sería una moneda de plata de más o menos 6 gramos (la de la imágen es un tetradracma, de 23,12 mm.). Con el tiempo se convirtió en la moneda de toda la Hélade, hasta hoy, que todavía es la moneda nacional griega (el euro actual también lleva una lechuza). ¿Qué valdrían ahora esos manuscritos, si se hubieran conservado? Para mí la moneda ateniense con la lechuza siempre será la más hermosa de toda la historia.

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