domingo, junio 11, 2006

Encima de la cama

La plasticidad absoluta de la cosa sin tiempo, muerta, de la realidad humana tras fronteras posibles e imposibles, de la verdad clausurada por signos o símbolos, dispuesta sólo para quien necesite escucharla. ¿Hay algo en pintura más inquietante que un icono ruso? Tan directo que asusta: el de la imágen es Cristo, inmutable, inaccesible..., Dios en suma. En su aureola se escriben siempre tres letras griegas -dentro de las cuales se pinta la cruz-, que podrían traducirse por "existente", el que "ha sido siempre", "siempre es" y "siempre será" : Yahvéh, el Existente. ¿Más claro?

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