martes, junio 27, 2006

La marca del genio

Una de las maneras de calibrar la excelencia de un autor, sea en el campo creativo que sea, consiste en intentar elegir la mejor de sus obras. Hagan la prueba y verán como el gran cineasta, pintor, novelista, pensador, músico..., se resiste a la preferencia exclusiva: casi todas son, en el buen sentido de la palabra, obras maestras. Billy Wilder es un caso paradigmático. He puesto al lado la imagen del cartel de "Uno, dos, tres", pero del mismo modo hubiera podido poner la de "El apartamento", "En bandeja de plata", "Irma la dulce", "Con faldas y a lo loco"... ¿Para qué sirven los centenarios si no es para recordarnos cosas tan evidentes?

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